Escribir sobre la gestión cultural y ser relativamente abierto implica contradicciones, discrepancias y cierto riesgo. Cuestiones que asumo de buen grado por creer que la libertad de expresión es el único camino hacia el desarrollo cultural. El diálogo y la exposición de ideas claras es, desde mi punto de vista, la única manera de variar rumbos políticos o gestores sobre nuestra realidad cultura actual. Sin embargo, entiendo que esto pueda incomodar a los defensores del estaticismo, y por ello, para implicar solamente a quien voluntariamente acceda a recorrer este camino he decidido publicar este blog, permitiendo a quien lo desee hacer uso de la información aquí expuesta y publicarlo donde le resulte más oportuno.

martes, 7 de diciembre de 2010

Carta Abierta II:La economía del Sector de La Cultura

Sin entrar en el debate de si el Estado debe o no intervenir en la cultura para evitar su pérdida o incentivar su consumo, es evidente que a día de hoy esa intervención se da. Pero, ¿en qué proporción?, ¿cuáles son los principios que hacen que se destine una mayor cantidad para un género que para el resto?, ¿tiene que ver con la tradición?, ¿tiene sentido a día de hoy?, ¿existe claridad en lo que se destina a cada una, es transparente, se puede hablar de ello?...
Con la crisis económica actual todos los sectores sufren recortes, y lamentablemente cultura parece llevarse un gran tajo, las inversiones son meticulosamente estudiadas y replanteadas haciendo temblar a muchos que basan su modus vivendi en las mismas, y dando esperanza a otros que ansían tomar el relevo. Ahora se apunta hacia la posible desaparición de Canarias Cultura en Red y el Septenio, y por supuesto se utiliza como moneda de cambio de cara a las elecciones, ante este hecho distintas voces claman porque se mantengan a flote estas “herramientas culturales”, pero ¿qué voces?, ¿artistas o la industria cultural?, ¿bajo qué intereses, culturales o personales?...
Desde hace años se ha impulsado crear una industria cultural que genere puestos de trabajo e incluso se ha pretendido internacionalizar nuestros productos culturales…la industria se ha creado; según muchos, es una industria inviable que depende de las subvenciones, donde reina el amiguismo (algunos de los concursos han terminado en los tribunales); mientras que la promoción de la cultura en el exterior se reduce a viajes de ocio pagados con ninguna trascendencia para nuestra cultura y mucho menos para el sitio donde se va. La verdad es que no defiendo esta postura, creo que las voces que postulan estas teorías son de la clase que mencionaba anteriormente, de los que ansían de tomar el relevo en el modus vivendi y poco positivo aporta estos postulados tan extremos.
Sin embargo, y pese a las buenas intenciones de nuestros políticos y gestores culturales, creo firmemente que se ha cometido dos errores sustanciales:
  1. Si se crea una infraestructura cultural capaz de generar 20.000 puestos de trabajo, y cuyo centro gravitatorio gira en torno al arte, ¿cómo es posible que apenas hayan artistas que puedan sobrevivir dedicándose al arte de manera exclusiva?.
En el campo de la música, y estoy seguro de que esto es aplicable a cualquier campo, no conozco a casi nadie (que no sea funcionario: sinfónica/banda municipal) que viva íntegramente de tocar. En su mayoría, se ven forzados a buscar trabajos complementarios como la didáctica u otros que poco tienen que ver con su profesión.
En países como Francia, Bruselas, Holanda…las ayudas que se prestan al arte son para el artista, para que éste pueda dedicarse a su oficio y produzca arte, para crear un circuito que permita al artista autoabastecerse a la vez que retroalimenta su patrimonio cultural y artístico, pero claro, entiendo que comparar a España con Europa es como comparar a Antonio Ozores con Brad Pitt y defender que son cánones de belleza distintos.

Y desde luego, si se crean 20.000 puestos de trabajo, al menos 1000 deberían ser artísticos (entendiendo el nivel burocrático que parece ser necesario en este país para llevar a cabo cualquier cosa, creo que 19.000 puestos de trabajo para coordinar 1.000 artistas no excede en demasía del resto de los campos de nuestro sistema…bueno, que sean 2.000 puestos de trabajo para artistas en sí, y que 18.000 puestos sean para coordinarlos, va, ¡la casa por la ventana!)

  1. Por otro lado, si se pretende impulsar la cultura canaria fuera de nuestras islas, ¿no tendría cierto sentido que se invirtiese antes en formación y en un circuito artístico dentro de las islas donde el artista pueda entrar en contacto con el mundo laboral dándole madurez en su ejecución y que a su vez se incremente el interés turístico-cultural hacia las mismas?.
No tiene sentido que se invierta 828.000€ en promocionar nuestra cultura fuera de canarias cuando no podemos disfrutarla de manera ordinaria en nuestras islas por no haber sitios para el ciudadano medio que no pueda/quiera pagar una entrada en el Auditorio; por no hablar de la imposibilidad del artista residente en formación o no consagrado de ir adquiriendo madurez, o de la clausura de cualquier iniciativa privada como el reciente caso del Honky Tonk, o un caso algo anterior pero no olvidado, el Blues de Bar.

No tiene sentido que se invierta 3 millones de Euros en un Festival de Música Clásica y 2’5 millones de Euros en un Festival de Ópera cuando nuestros alumnos del conservatorio se les recorta las posibilidades pedagógicas y no tienen sitios para poder tocar fuera del conservatorio; por no hablar de lo imperativo y desdeñado alegando falta de fondos, de una formación moderna en las islas.

No tiene sentido que se de 210.000€ en ayudas para grabar discos que terminarán en una repisa de la casa de algún pariente, puesto que no hay un circuito donde promoverlo.

Todas estas iniciativas son ejemplares, pero es empezar la casa por el tejado, hay una cierta tendencia a las medidas populistas, y es cierto que parece mucho mejor inaugurar o reformar una gran estructura y decir que va a tener fines culturales (aunque después no se prevean fondos para su programación) que cambiar leyes para permitir que la música llegue a la calle, a los bares y pueda ser verdaderamente asequible al pueblo.

Todo parece mejor que crear una cultura a mano del pueblo y facilitar un modus vivendi a los verdaderos generadores de la cultura: Los artistas.
Eddie Diaz